[...] Deliberadamente no soñó durante una noche: luego retomó el corazón, invocó el nombre de un planeta y emprendió la visión de otro de los órganos principales. Antes de un año llegó al esqueleto, a los párpados. El pelo innumerable fue tal vez la tarea más difícil. Soñó un hombre íntegro, un mancebo, pero éste no se incorporaba ni hablaba ni podía abrir los ojos. Noche tras noche, el hombre lo soñaba dormido y día a día el hombre se volvía cada vez más humano. Pero no un humano común y corriente. Éste ser soñado sobresaltaba de lo normal, y era por eso que él había sido escogido por sobre los demás: tenía una inteligencia sin igual.
Su creador, al principio, maravillado y orgulloso por su creación pronto se vio preocupado por la magnífica inteligencia de este ser. Tanto así que su creación ya empezaba a aprender solo y por lo tanto, no necesitaba más que su creador le enseñara.
Unos meses más transcurrieron, los últimos rasgos, y detalles era lo último que quedaba por hacer. En este instante, cuando el ser ya estaba por alcanzar su máximo esplendor, el mago dudó.
Su sueño, tan era magnífico, tan espléndido, tan perfecto, que era mucho para un mundo tan inferior a él, como lo era el mundo real. Sacarlo del sueño, alteraría las cosas. Éste ser llamaría la atención de las personas, sería alabado y tratado como un ser superior, como un dios.
Entonces, el creador meditó: ¿querría él realmente que este ser creado por él, acaparara toda la atención? Toda la gente adoraría a un sueño, mientras que él quedaría solo, y sin recibir crédito alguno, por la maravillosa creación que con tanto esfuerzo consiguió crear.
Su anterior orgullo, pasó a ser un sentimiento de preocupación, y más tarde de nerviosismo.
Drásticamente, el mago, cambió de opinión. Ya no quería soñarlo más, no quería a este ser tan perfecto, quería olvidarlo, quería destruirlo.
Pero por alguna extraña razón, no pudo. Cada vez que cerraba los ojos, lo soñaba, con lo cuál estaba cada día más cerca de real.
¿Cuál sería la solución? Obviamente, no soñarlo más, evadirlo. Es por eso, que el magoopto por no soñar, por lo cuál no podría ni siquera dormir.
Durante largos días y largas noches, luchaba en contra del sueño. Transcurrieron días, semanas, meses, pero inevitablemente, el sueño se apoderó de él.
Hasta que no pudo resistir más, se desplomó en el suelo, y sin remedio alguno, soñó.
Minutos más tarde, despertó alarmado. Estaba empapado en sudor, y delirando en fiebre. Miró a su alrededor y no percató nada. Estaba en el mismo lugar en donde se desvaneció por sueño. Pero algo sentía, que era distinto. A su lado, yacía, en todo su esplendor, su sueño, pero ahora, en carne y vida.
Sólo la presencia de éste ser, llamó la atención de la gente a millas de distancia. Sintieron una atracción divina.
Una vez más, el mago se alarmó. Temiendo que pasara lo que él había pensado, que este ser se llevara la atención y que él, su creador, quedara en el olvido, comenzó a desesperarse. Si destruía su creación, significaría haber desperdiciado años de su vida. Si lo dejaba vivir, se sentiría opacado. Su orgullo era mucho, como para ser opacado, por lo que su decisión fue obvia. Simplemente sacó un cuchillo, lo acercó al cuello del ser, pero en este mismo instante, el ser se despertó. Con una fuerza increíble, le arrebató el cuchillo de sus manos, se incorporó y con una fuerza y furia sorprendente arrojó hacia el creador, justo en dirección a la cabeza.
Sintió un fuerte dolor en la cabeza, más específicamente, en la frente. Pero no cómo si lo hubiesen apuñalado, sino como si le acabaran de pegar una bofetada. Y así era. Los mismos hombres que en un principio lo espiaron y temieron su magia, ahora se atrevieron a acercarse más y lo golpearon para despertarlo. Y así fue. Despertó del largo sueño, percatándose de que todo lo sucedido fue un largo y tedioso sueño. Sintió el frío del miedo, y buscó en la muralla dilapidada un nicho sepulcral y se tapó con hojas desconocidas.
2 comentarios:
EVALUACIÓN
El texto es interesante, aunque tiene pequeños errores al ser, por un lado muy explicativo para ser un relato de ficción (eso hay que dejárselo al lector) y la repetición de algunos vocablos (demuestra poco uso de sinónimos).
La idea de este cambio de final es muy buena, eso sí.
Hay que cuidar la ortografía, ya que ésta es tan importante como el contenido total del documento.
NOTA: 6.4
Weno papi lo q to pienso es asi
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